Un exclusivo grupo de suscriptores realizó, el pasado 1 de abril, una visita a la sede de Astilleros de Mallorca ubicada en los muelles del puerto de Palma, una industria reconocida a nivel mundial aunque prácticamente desconocida por muchos habitantes de la Isla.
Se trató de una visita poco habitual, ya que estas instalaciones solo acostumbran a recibir visitas técnicas. En esta ocasión, en cambio, acogieron con extraordinaria generosidad a los socios del Club, quienes fueron recibidos por Juan Poyatos, asesor de comunicación, para comenzar el recorrido por las instalaciones guiados por Diego Colón de Carvajal, ingeniero naval y consejero delegado de Astilleros de Mallorca, junto a Cristina Tapia, responsable de servicio al cliente y logística.
Ante la atenta mirada de los presentes, Colón de Carvajal narró la historia de este espacio, haciendo un repaso por la industria náutica balear de los últimos años, y la transición de la fabricación de barcos de madera, a principios del siglo XX, a su actual especialización.
A lo largo de su historia, la corporación ha fabricado todo tipo de embarcaciones, entre las que destacan grandes proyectos como la majestuosa goleta Jessica, construida en Mallorca en 1984, o la restauración del velero Hispania, que hizo construir Alfonso XIII en 1909. Hacia 1985, la quiebra del armador que encargó la fabricación de una nueva embarcación que debía transportar gas entre Argelia y España, llevó a Astilleros de Mallorca a una complicada situación económica, que coincidió con el declive de la construcción naval en Europa y la irrupción de los astilleros coreanos a precios mucho más competitivos. El cambio de actividad, centrándose en la reparación y mantenimiento de barcos hasta 100 metros de eslora, permitió la viabilidad de la empresa.
En la actualidad, Astilleros de Mallorca acoge 250 proyectos al año de reparación y puesta a punto de verdaderas maravillas náuticas, cuyas piezas se fabrican a mano en los talleres del puerto de Palma por un equipo especializado formado por más 120 profesionales, entre los que se encuentran algunos de los mejores ingenieros, soldadores, torneros, herreros y carpinteros del sector náutico.
Tras la presentación, el repaso a su historia y la visita tanto a los talleres como a las zonas de mantenimiento de las naves, la jornada finalizó con un copioso aperitivo.