Un año más llegó el momento de una de las actividades más esperadas por los suscriptores de Ultima Hora, la entretenida visita al fantástico parque Marineland. Una cita ineludible en la que el parque abre sus puertas a los socios del Club, quienes acuden masivamente a la convocatoria para disfrutar de una jornada inolvidable junto a sus familiares.
En esta ocasión, como no podía ser de otra manera, asistieron más de 170 suscriptores que con mucho ánimo fueron llegando a las puertas del parque sobre las diez de la mañana, el pasado sábado 24 de mayo. Allí les esperaba Rosario Sánchez; del Club del Suscriptor, quien junto a Gerard; en representación de Marineland, se encargaron de cuidar cada detalle para que todo saliera a la perfección.
Con el multitudinario grupo ya en las instalaciones, comenzó una jornada espectacular con lleno total en todos los rincones del parque donde padres, abuelos, adolescentes y niños, vivieron grandes momentos de diversión.
A medida que avanzó el día pudieron conocer de primera mano la hermosa naturaleza de Marineland como la que habita en sus tres acuarios marinos y su fantástico acuario mediterráneo: rayas, mantas, peces payaso, espectaculares corales, entre muchas otras especies, sin olvidar su impresionante tortuga marina.
También pudieron adentrarse en el mundo de los reptiles y anfibios en la Casa Tropical con sus boas constrictoras, iguanas, camaleones, y las llamativas ranas de punta de flecha.
El aviario del parque también se rebozó de visitantes quienes desfilaron ante la mirada de llamativos turacos, agapornis, tortugas o los ibis sagrados africanos, que tal y como explican desde la organización, conviven en armonía con sus pequeñas aves.
Y sin duda, entre los momentos estelares del día, se encuentran las exhibiciones a cargo de los alegres e inteligentes delfines con sus acrobacias imposibles, los simpáticos leones marinos y las aves exóticas. Tres espectáculos que captaron la atención de todos entre sonados y repetidos aplausos.
El día fue un no parar de diversión y entretenimiento, que solo amainó en el momento de la comida donde grandes y pequeños pararon a disfrutar de un delicioso y variado buffet con el que repusieron fuerzas en un espacio destinado en exclusiva para los socios de Club, con extraordinarias vistas al mar y una atención inmejorable.
Fue una visita magnífica y de nuevo inolvidable que finalizó sobre las cinco de la tarde, dejando a los suscriptores y sus familiares un bello recuerdo.
